11 de septiembre de 2010

FALLECIÓ SARAMAGO

FALLECIÓ SARAMAGO


DESPUÉS DE LA BATALLA…



Hace unas pocas semanas, el 18 de junio de este año, falleció José Saramago, a los 87 años. A su lado estaba su esposa y traductora, Pilar del Río. “Murió acompañado de su familia, disponiéndose de una forma serena y plácida” sostuvo un comunicado. En 1998, fue merecedor del Premio Nóbel de Literatura, y desde entonces su obra es inténsamente divulgada en todo el mundo. Pero, ¿cuáles son las peculiaridades de este inmenso autor?

Saramago es un escritor marxista, es decir, a pesar de la famosa caída del muro en 1990, y del llamado“fin de las ideologías”que pregonó un tal Fukuyama, él se empeñó en mantener en alto su ideología, los emblemas que vinculan su obra a los intereses de los humildes y su pertinaz aspiración por un mundo mejor.

Este hombre nació en una humilde aldea de Azinhaga, en el centro de Portugal. Hijo de campesinos sin tierra, las condiciones materiales le obligaron a abandonar sus estudios escolares regulares a los 12 años, para formarse en la dura vida de los asalariados. En 1944, a medio camino entre la literatura y las jornadas laborales (mecánica, cerrajería) que debía cumplir para sostener a su familia, publica su primera novela “Tierra de pecado”. Pero nada de lo que dijo en ella fue trascendente para el mercado literario. Se dedica entonces al periodismo, pero recién es en 1976 cuando decide entregar su tiempo exclusivamente a su labor literaria.

Junto al pueblo portugués, la juventud de Saramago es rica en contradicciones políticas. En Portugal, desde 1932 se vive la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar, un intrigante que extendió su poder hasta casi los años 70. ¿Qué sabíamos de Portugal entonces? Nada. Como de España, ambos eran países aislados por sus gobiernos. En los años 30, se había producido la gran revolución popular española, denominada habitualmente Guerra Civil Española, y Portugal con Salazar a la cabeza fue el primer país en adherir a la dictadura de Franco, que había enfrentado y vencido a los republicanos, dirigidos principalmente por un frente donde destacaba el Partido Comunista de España.

En 1969, Saramago adhiere al Partido Comunista de Portugal, que entonces era un partido clandestino. La inconformidad del pueblo portugués contra la dictadura era creciente. Finalmente en 1974, en medio de ardiente lucha, la dictadura de Salazar es vencida a través de la llamada “Revolución de los Claveles”. Es este largo tiempo que tuvo que esperar Saramago para recién plasmar su nueva producción: casi 20 años para aparecer.

Después de haber sido director del suplemento cultural del “Diario de Lisboa”, pasa a ser director de noticias, pero por razones políticas es despedido. “Sin empleo una vez más, ponderadas las circunstancias de la situación política en que entonces se vivía y sin posibilidad de encontrar trabajo, tomé la decisión de que me dedicaría enteramente a la literatura: ya era hora de saber lo que podría valer como escritor”, aseguró Saramago. La primera gran obra de Saramago se produce en 1980 con su novela “Levantando do chao” donde muestra las duras condiciones de vida de los trabajadores de Lavre, en la provincia de Alentejo. Saramago se reafirmó en sus ideas después de la atención que mereció este libro. Vinieron otros libros en su estilo inconfundible, limpio y poético que lo distingue. Seguidamente, Saramago publica “Memorial do convento”, donde también es el pueblo del simple llano el protagonista del “oscuro mundo medieval, la época de guerra, hambre y supersticiones” en que está obligado a vivir.

Según el escritor y semiólogo Umberto Eco, quien prologó la edición italiana de la antología de Saramago “El Cuaderno” (2009), el autor portugués cuidaba la puntuación “hasta el extremo de hacer” que desapareciera y, en su crítica moral y social, no afrontaba “los problemas de frente” sino que los rodeaba “bajo las formas de lo fantástico y lo alegórico”. “Saramago hace que el lector viaje en una niebla láctea en la que ni siquiera los nombres propios dan una señal claramente reconocible”, añadió el catedrático italiano.

Saramago siguió activo hasta el final de sus días, escribiendo, viajando, ofreciendo conferencias, polemizando siempre. “Antonio Machado escribió aquello de “caminante, no hay camino/ Se hace camino al andar”. Y es lo que estamos intentando: andar y hacer camino, hacer camino y andar. La jornada será larga, pero no nos desanimaremos. Cada día llegaremos, cada día partiremos. Mas allá, siempre más allá”, destacó el escritor. Salud y larga vida para tan vigente obra. (Jorge Sandoval)








No hay comentarios: