1 de mayo de 2012

CESAR VALLEJO: EL POETA DEL PUEBLO



Hay un gran escritor peruano que nació en marzo, falleció en abril, cuya obra es de un inmortal mayo proletario, pero de valor todavía indefinible en el tiempo. Nos referimos a César Vallejo (Santiago de Chuco, Perú, 16 de marzo de 1892- París, 15 de abril de 1938). En opinión de Thomas Merton, influyente crítico norteamericano, Vallejo es “el más grande poeta universal después de Dante”. Sin embargo, poco se conoce el carácter polifacético de Vallejo pues además desarrolló una obra como narrador, ensayista, novelista, autor de obras teatrales, periodista, incansable investigador. Y ello especialmente debido a la posición de clase que adoptara después de asumir el marxismo como guía de su obrar y el comunismo como máximo anhelo para la humanidad. Todos los lenguajes son insuficientes para tal anhelo.
“La propia práctica de la lucha de clases le hace comprender que no basta la adhesión ética al marxismo, pues la estrategia y táctica de la revolución se basan en una concepción general del mundo con tres partes consecutivas e interrelacionadas: filosofía, economía y socialismo científico. Entonces Vallejo, hombre de gran cultura y de inteligencia superior, emprende un estudio sistemático del marxismo paralelamente a su práctica política en la que destaca su rol de propagandista -ya que ha dejado de ser un mero espectador de la escena contemporánea- del proceso de conducción del socialismo en Rusia” señala Miguel Gutiérrez en su texto “César Vallejo y el Marxismo”.
Vallejo (de sombrero), con su amigo Juan Domingo Córdova
posiblemente en Francia, en foto poco conocida, tomada por
Georgette, su compañera

Es armado del materialismo dialéctico e histórico que Vallejo puede analizar y comprender la realidad de su tiempo, y hacer propuestas audaces como constituir la célula comunista de París, afiliada al Partido Comunista del Perú. Y cuyas actividades le valen más tarde, el 29 de diciembre de 1930 junto a su compañera Georgette Philipphart, ser expulsado de Francia por la policía a causa de sus múltiples “actividades subversivas Después de ser expulsado de Francia, pasa a España donde se inscribe en el Partido Comunista de España (1931) y es nombrado corresponsal, sigue de cerca las acciones de la Guerra Civil y escribe el gran poema “España, aparta de mí este cáliz”, que aparece en 1939, impreso por soldados del ejército republicano. Por esa firme posición tangible en cada de sus textos, Vallejo pertenece a obreros y campesinos, a las masas más humildes que claman la transformación de la humanidad.
No es pues ese Vallejo abstraído en sus pensamientos, apesadumbrado y solitario que presentan imágenes y esculturas en las calles de Lima. Ese es el Vallejo que la burguesía quiere representar en su propósito de torcer su memoria, de ignorar su militancia partidaria, de desdeñar esa voz que a pesar de los años transcurridos sigue clamando: “Todo o acto o voz genial, viene del pueblo y va hacia él”. Es uno de los escritores peruanos más reconocidos en el mundo, y muchos cantautores contemporáneos se inspiraron en el latido popular de sus versos para escribir sus canciones. (J.S.)

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