1 de mayo de 2012

TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL PERÚ



Por Emilia Rázuri


Pocos lugares hay en el mundo tan llenos de historia y testimonios vivos de su riqueza cultural. Ese es el Perú, y es grato ver que una nueva corriente redescubre estos espacios para el regocijo de los peruanos y extranjeros de hoy. Es verdad que Cuzco y Puno son los hitos más recorridos por el turismo y el interés nacional e internacional, a causa del impacto de sus vestigios y de engranajes comerciales ya establecidos, pero hay muchos otros puntos, de gran sencillez pero de similar efecto si se trata de reconocer que aquí convergen todos los tiempos, todas las atmósferas, todos los idiomas, como en el Aleph de Borges.

MÓRROPE, EN EL CORAZÓN DEL NORTE

En el norte del país, en Lambayeque, hay un pueblo que se jacta de ser el último bastión de la cultura Mochica. Mórrope es un pueblo antiquísimo, cuyo nombre en muchik (idioma ancestral ya desaparecido) es “murrup”, como el susurro de las iguanas y está ligado al territorio “felam” que quiere decir “casa grande”. Floreció como parte de la cultura Lambayeque o Sicán, entre los años 700 a 1375 dc., y sus pobladores actuales reclaman ser herederos de los mochicas. Allí pueden verse, como parte de sus vidas cotidianas, por ejemplo, telares con antiguas técnicas heredadas de los mochicas, cerámicas con recursos de “paleteado”; una culinaria incomparable donde entre muchos platos y bebidas, destaca la chicha de jora que era símbolo del poder político; también lugares arquitectónicos como “La Ramada”, templo que data de 1751 construido sobre lo que fue un adoratorio indígena, luego cementerio morropano y después capilla cristiana.
Este doble valor cultural hizo que la World Monuments Fund reclamara su especial atención y cuidado. También en la iglesia mayor, construida en el siglo XVIII con criterios coloniales, resaltan sus retablos hechos de yeso policromado y en estilo barroco, como sus púlpitos de madera tallada, por lo que fueron declarados patrimonio cultural nacionales.
Pero lo que destaca principalmente en Mórrope es la gente que a pesar de todas las dificultades propias de una ciudad que relumbra en medio del arenal, sin mucha agua, con tan poca electricidad, sin una industria que acoja a su juventud, persiste en el optimismo y redobla sus esfuerzos para enfrentar el porvenir.

CORACORA, CAPITAL DE PARINACOCHAS, AYACUCHO

Coracora, a 3,273 m de altitud, debe su nombre a los pastos naturales que cubren las pampas y los cerros, ofreciendo una admirable vista: significa “yerba abundante”.
Es la capital de Parinacochas, que durante el imperio inkaiko fue capital del Contisuyo. La hermosa laguna de Parinacochas tiene 12 km de largo por 9 km de ancho, donde pueden verse las aves llamadas flamencos o parihuanas dominando el cielo y las orillas. Así mismo, una gran religiosidad convierte cada 5 de agosto a Coracora en un gran escenario festivo con mucha asistencia por la fiesta de la Virgen de las Nieves, con conjuntos de música de danza como los Llameros, los Negritos, lidias de toros, peleas de gallos de gran competencia. Además, hay una gran producción minera, y en las actuales circunstancias también mucha pobreza.

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